Una sonrisa puede ser la mejor terapia. Aún mejor las carcajadas. Creer y crear, la mejor solución. Antes de escribir este post he hecho la prueba, he intentado explicar qué era el mundo amarillo a alguien que en su vida había oído hablar ni de amarillos ni de Albert Espinosa.
No sé sí lo he conseguido, pero creo que la esencia ha quedado... Siempre y cuando se quiera entender, se quiera soñar... Se sea capaz de aceptar las respuestas.
Entre los 14 y los 24 años, este escritor y guionista de televisión estuvo entrando y saliendo de la planta de oncología de hospitales infantiles. Tras diez años de enfermedad salió con 23 descubrimientos y una pierna menos. Lo que aprendió en el hospital es lo que ha querido mostrar en este libro, lleno de humor y de vitalidad.
¿Qué es el mundo amarillo? Es el mundo donde se conciben los sueños y en el que cada persona se construye junto a su propios amarillos. ¿Y que son los amarillos? Pues no son ni amigos ni amantes. Pero son personas que te cambian la vida, que te la transforman de arriba a abajo.
Pero el mundo amarillo no es un espacio que habite en la imaginación. Es un lugar que se nutre de la realidad. Nuestros amarillos están en casa, en clase, en el trabajo, en la calle, en la vida... Aunque no estoy conforme con todas las premisas que, según Espinosa, deben cumplir tus "amarillos". No comparto especialmente dos: ni que los amarillos siempre y en todo caso se esfumen, ni que sean exclusiva y fetichistamente un número limitado en 23 personas. Creo que, dependiendo de la persona, los amarillos pueden ser 3, 15 o 42... Influyen muchas cosas. Y creo que, aunque en el mayor de los casos, un amarillo verdadero desaparece una vez cumplida su función, no siempre se cierra la puerta a nuevos y posibles reencuentros.
Un amarillo es una persona que, de pronto, aparece en tu vida y te la trastoca, conecta contigo más allá de la complicidad, se convierte en tu aliado, te conoce en lo más íntimo, compartes y te compartes en un tiempo ajeno al que marca el reloj, vives experiencias muy intensas, necesitas de su contacto físico, de sus abrazos, de su ternura... y, con la misma magia con que llegó, un día desaparece.
Albert Espinosa dice que ese final es para siempre. "Tienen y deben tener caducidad. No debes ni tan siquiera enviarle un e-mail, una llamada o un sms para mantener algo vivo", explica el autor. A mí me cuesta reconocer ese punto final. Aunque es la forma más bonita de aceptar que las perdidas "son positivas".
¿De qué más habla El mundo amarillo?
1. De listas: "Creo en las listas, me encantan", explica. "No hay etiquetas, no hay reglas", matiza.
2. De energías: "las que aparecen a los treinta minutos".
3. De cuestiones: "Haz cinco buenas preguntas al día"...
4. De dudas: "Coge una libreta y apunta, apunta todo lo que no comprendas".
5. De deseos: "Junta los labios y sopla".
6. De finales: "No moriremos de cáncer, moriremos de aburrimiento".
7. Y de muchas más cosas... "Si crees en los sueños, ellos se crearán".
El mundo amarillo
ALBERT ESPINOSA
2009 DeBolsillo, 168 páginas.